En los últimos años, la tecnología para el cultivo de plantas en interiores ha mejorado significativamente. Este desarrollo ha llevado a un mayor uso de las luces LED para la horticultura en interiores. Los sistemas de iluminación LED (también conocidos como diodos emisores de luz) son energéticamente eficientes y pueden utilizarse para varias etapas del crecimiento de las plantas, desde la germinación hasta la cosecha. En este artículo se analizarán los componentes esenciales necesarios para montar un sistema de iluminación LED, así como la importancia de controlar la intensidad lumínica, el fotoperiodo y la calidad espectral en tiendas o habitaciones de cultivo en interiores.
Beneficios del uso de luces LED para el cultivo de plantas en interiores
En comparación con otras formas de iluminación (p. ej. HID, fluorescentes e inducción), las luces LED son mucho más energéticamente eficientes, ahorrando importantes cantidades de energía durante todo el ciclo de iluminación. Los sistemas de iluminación LED también son más fiables, tienen una larga vida útil y pueden adaptarse para emitir longitudes de onda específicas que optimicen el crecimiento y desarrollo de las plantas.
Las luces LED también son beneficiosas para el cultivo de plantas en interiores porque producen menos calor que las fuentes de iluminación tradicionales. Esto permite colocarlas más cerca de las plantas sin que cause ningún daño por sobrecalentamiento. Las luces LED de alta intensidad también proporcionan niveles fítolux más uniformes (estos son los niveles de fotones disponibles para las plantas para la fotosíntesis) en comparación con otras tecnologías de iluminación. Esto permite una mayor uniformidad de la luz en el dosel de las plantas, lo que puede conducir a mejores rendimientos y un mejor rendimiento del crecimiento.
Componentes esenciales para instalar la iluminación LED
Para instalar un sistema de iluminación LED para el crecimiento de plantas en interiores puede ser necesario varios componentes, incluidas las propias luces, las cubiertas atenuadoras de la luz y las soluciones de control. La calidad de las luces LED determina el rendimiento global del sistema y el coste inicial del sistema. La potencia de las luces debe tenerse en cuenta al montar el sistema, y es importante elegir una marca que tenga una buena reputación en el sector.
Las cubiertas atenuadoras de la luz son importantes, ya que pueden ayudar a proteger los LED de daños externos y mantener constante la salida de luz. También impiden que la luz se filtre y cause contaminación lumínica en el entorno circundante. Por último, es necesario disponer de una solución de control que regule la intensidad, calidad espectral y fotoperiodo de las luces. Esto es necesario para optimizar la luz para el tipo de planta que se cultiva y la fase de crecimiento de la planta.
Optimización de la intensidad, el fotoperiodo y la calidad espectral de la luz LED
Para maximizar los beneficios de la iluminación LED en el crecimiento de plantas en interiores, es importante optimizar adecuadamente la intensidad lumínica, el fotoperiodo y la calidad espectral. La intensidad de la luz suele medirse en función del número de fotones (o partículas de luz) que alcanzan una determinada superficie durante un periodo de tiempo determinado. Para la mayoría de las plantas, la intensidad ideal para el crecimiento vegetativo oscila entre 200 y 400 µmol/m2/s, mientras que para la floración y la fructificación la intensidad ideal puede variar de 500 a 1000 µmol/m2/s. La intensidad de la luz debe ajustarse en función de los requisitos específicos de las plantas que se cultivan.
El fotoperiodo (o la duración de la exposición a la luz) es otro factor importante a tener en cuenta al establecer un sistema de iluminación LED. Para la mayoría de las plantas cultivadas en un entorno controlado, se suele recomendar un fotoperiodo de 18 horas de luz seguidas de 6 horas de oscuridad durante la fase vegetativa de crecimiento. Durante la fase de floración, el fotoperiodo puede reducirse a 12 horas de luz seguidas de 12 horas de oscuridad para favorecer el desarrollo de las flores y los frutos.
Por último, la calidad espectral también es un factor importante a tener en cuenta al optimizar la iluminación LED para el crecimiento de plantas en interiores. Las diferentes longitudes de onda de la luz pueden tener distintos efectos sobre el crecimiento de las plantas, por lo que es importante elegir el espectro correcto para el tipo de planta que se cultiva. La luz azul (430 a 470 nm) suele utilizarse durante la fase vegetativa para favorecer el crecimiento de hojas y tallos, mientras que la luz roja (640 a 680 nm) se utiliza durante la fase de floración para favorecer el desarrollo de flores y frutos. Además, también pueden utilizarse LED blancos de espectro completo para proporcionar a las plantas una fuente de luz equilibrada que contribuya al crecimiento y desarrollo general.
Conclusión
El uso de un sistema de iluminación LED para el crecimiento de plantas en interiores ofrece numerosos beneficios en comparación con las fuentes de iluminación tradicionales. Las luces LED son mucho más energéticamente eficientes, proporcionan una mayor uniformidad de la luz y pueden adaptarse para proporcionar longitudes de onda específicas para un crecimiento óptimo de las plantas. Para maximizar los beneficios de la iluminación LED en el crecimiento de plantas en interiores, es importante optimizar correctamente la intensidad lumínica, el fotoperiodo y la calidad espectral en función de los requisitos específicos de las plantas que se cultivan. Con la configuración adecuada, las luces LED pueden ayudar a mejorar el rendimiento y el rendimiento general del cultivo en interiores.