Los esquejes son porciones cortadas de una planta que se toman de una planta existente y se dejan crecer hasta convertirse en una planta nueva. Puede ser una forma económica de que la gente aumente el número de su planta favorita, o una forma de obtener una planta difícil de encontrar. Pero para garantizar el mejor éxito con los esquejes, es importante una buena estrategia que garantice su crecimiento saludable. Un aspecto importante de esta estrategia es la luz. La luz es un factor esencial para el crecimiento y la salud de los esquejes, y hay tipos específicos de luz que pueden optimizar el crecimiento de los esquejes.
Requisitos de luz para los esquejes
Los esquejes suelen requerir una exposición a la luz más intensa en comparación con las plantas establecidas. La mayor cantidad de luz puede ser suficiente para fomentar el crecimiento de nuevas raíces y brotes, que son esenciales para que la planta se establezca y crezca. Esto se debe a que las nuevas raíces y brotes son más susceptibles a la agotación que las viejas y necesitan luz adicional para producirse con éxito. Los esquejes pueden crecer bajo la luz solar natural, pero suelen necesitarse fuentes de luz artificial adicionales durante los períodos de baja exposición a la luz, como durante los meses de invierno y en regiones con baja intensidad lumínica. A continuación se describe el mejor tipo de luz que ayuda al crecimiento de los esquejes.
Intensidad luminosa óptima para los esquejes
Las luces artificiales que proporcionan intensidades luminosas más altas, como las luces de sodio a alta presión y de halogenuros metálicos, son óptimas para el crecimiento de los esquejes. Estos tipos de luces tienen la capacidad de suministrar la cantidad de luz necesaria para el crecimiento de los esquejes sin aumentar la temperatura. La intensidad luminosa óptima para los esquejes suele situarse entre 550 y 650 pares (radiación fotosintéticamente activa), mientras que los esquejes de menor intensidad suelen necesitar unos 200 pares. La intensidad de luz específica necesaria puede variar en función del tipo de planta y el entorno en el que se cultiva, lo que también hay que tener en cuenta a la hora de seleccionar el tipo de luz que hay que utilizar para el crecimiento de los esquejes.
Duración de la luz para los esquejes
La duración de la exposición a la luz también es un factor importante a la hora de optimizar el crecimiento de los esquejes. Por lo general, los esquejes requieren un mínimo de 12 a 16 horas de luz al día para garantizar un crecimiento óptimo. El nivel de intensidad luminosa durante este período puede ajustarse al nivel requerido en función del tipo de planta y del lugar en el que se cultive. Los niveles de intensidad luminosa y la duración de la exposición a la luz suelen ser más caros de proporcionar que la luz natural, por lo que es importante optimizar el tipo y la duración de la exposición a la luz para conseguir los mejores resultados.
Conclusión
La luz es un factor esencial para el crecimiento y la salud de los esquejes, y hay tipos específicos de luz que pueden optimizar el crecimiento de los esquejes. Las luces de mayor intensidad, como las de sodio a alta presión y las de halogenuros metálicos, son óptimas para el crecimiento de los esquejes. Además, la intensidad luminosa óptima para los esquejes suele situarse entre 550 y 650 pares, y puede necesitarse un mínimo de 12 a 16 horas de luz al día para un crecimiento satisfactorio. Es importante tener en cuenta el tipo de fuente de luz, la intensidad de la luz y la duración de la exposición a la luz para garantizar un crecimiento óptimo y una buena salud de los esquejes.