El cultivo interior se ha hecho cada vez más popular en los últimos años, y con razón. No sólo es más fácil controlar las condiciones de cultivo en el interior, sino que también es una forma mucho más discreta de cultivar tus propias verduras, hierbas y flores, sobre todo si vives en un entorno urbano. Sin embargo, la clave de un cultivo interior con éxito es disponer de las luces adecuadas. Este artículo abordará todo lo que necesita saber, desde los distintos tipos de luces disponibles hasta la elección del espectro y la intensidad adecuados para sus plantas.
Tipos de luces de cultivo interior
Existen dos tipos principales de luces de cultivo interior: fluorescentes y LED. Las luces fluorescentes suelen ser más baratas, pero también consumen más energía. Las luces LED, por su parte, suelen ser más eficientes y duraderas, aunque suelen ser más caras inicialmente. Algunos tipos de luces LED, como las LED de espectro completo, pueden ofrecer un espectro de luz más equilibrado y una mayor eficiencia energética en comparación con otros tipos de luces de cultivo.
Además de las luces fluorescentes y LED, también hay otros tipos de luces diseñadas específicamente para el cultivo interior, como las luces halógenas y de descarga de alta intensidad (HID). Las luces halógenas suelen ser menos eficientes desde el punto de vista energético que las luces fluorescentes o LED, mientras que las luces HID suelen ser las más potentes y adecuadas para operaciones de cultivo a mayor escala.
Elección del espectro y la intensidad adecuados
Una vez que haya elegido el tipo de luz que desea utilizar, el paso siguiente es averiguar el espectro y la intensidad adecuados para sus plantas. El espectro de la luz se refiere al rango de longitudes de onda que proporciona la luz, y es un factor importante para un cultivo interior satisfactorio. Algunas luces LED, por ejemplo, ofrecen un espectro completo de luz, que va desde las longitudes de onda ultravioleta (UV) y azules a las rojas y cercanas al infrarrojo (NIR), que es más parecido al sol natural. Otros tipos de luces pueden ofrecer sólo un rango limitado de luz.
La intensidad de la luz se refiere a la cantidad de luz que produce la bombilla, que suele expresarse en unidades de lux, lumen o micromoles por metro cuadrado por segundo (μMol/s/m2). Las distintas plantas requerirán niveles diferentes de intensidad lumínica en función de su estado de crecimiento. Por ejemplo, las plántulas suelen requerir menos luz en comparación con las plantas que florecen y fructifican.
Consejos para un cultivo interior satisfactorio
Ahora que ya ha elegido las luces y las tiene preparadas, aquí tiene algunos consejos para un cultivo interior satisfactorio:
- Asegúrese de que las luces están colocadas directamente sobre las plantas y a la distancia adecuada. Esto garantizará que las plantas reciban suficiente luz sin quemarse.
- Utilice un temporizador para controlar la cantidad de luz que reciben las plantas. La mayoría de las plantas necesitan unas 16-18 horas de luz al día para crecer bien.
- Mantenga limpias las luces y la zona circundante. El polvo y los residuos pueden reducir la eficacia de las luces.
- Mantenga la temperatura y la humedad en la zona de cultivo dentro de los intervalos recomendados para las plantas que está cultivando. Esto ayudará a garantizar un crecimiento óptimo.
Conclusión
El cultivo interior puede ser un pasatiempo divertido y gratificante, y disponer de las luces adecuadas es un factor importante para el éxito del cultivo. Las luces fluorescentes y LED son los tipos de luces más comunes para el cultivo interior, pero también existen otros tipos de luces, como las halógenas y las de vapor de sodio de alta presión. Una vez que haya elegido el tipo de luz adecuado a sus necesidades, es importante asegurarse de que el espectro y la intensidad de la luz sean apropiados para sus plantas. Siguiendo los consejos anteriores, puede maximizar sus rendimientos y disfrutar de las bondades de su jardín interior.